El Califa de León: el taco que conquistó a Michelin

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Architectural Digest México y Latinoamérica


En una esquina de la colonia San Rafael, un pequeño local con más de medio siglo de historia se convirtió en la primera taquería del mundo en recibir una estrella Michelin.

No es sorpresa que el Califa de León sea una de las taquerías más representativas de la ciudad. El taco, una comida representativa del México actual y antiguo, no es solo una muestra gastronómica que nos conecta con nuestras raíces prehispánicas; es, además, un espejo de nuestra historia, cultura y de la forma en que nos entendemos como mexicanos. También es un símbolo de identidad nacional. La tortilla —con más de tres mil años de historia en estas tierras— fue alimento cotidiano para mayas, mexicas y zapotecas, base de la dieta junto con frijoles, chiles y otros vegetales. Servía, incluso, para envolver guisos, antecedente directo del taco. Restos de comales de barro y representaciones en códices dan testimonio de su uso diario, y las primeras crónicas españolas en México ya describían las tlaxcalli (nombre náhuatl de las tortillas). Hablar de un taco en cualquier parte del mundo es hablar de México; no hay mexicano que pase más de una semana lejos de su tierra sin buscar un restaurante de tacos decente para sentirse, aunque sea por un momento, otra vez en casa.

En la colonia San Rafael, sobre la calle Ribera de San Cosme número 56, se encuentra El Califa de León, una taquería con más de medio siglo de historia que en 2024 sorprendió al mundo al convertirse en la primera y única en recibir una estrella Michelin. Su propietario, Mario Hernández Alonso, cuenta que el negocio fue fundado por sus padres, Juan Hernández González y Josefa Peña, en febrero de 1968. Desde entonces, el menú se ha mantenido fiel a su esencia: cuatro tacos, tres de res y uno de cerdo, preparados con carne asada al momento y tortillas hechas en casa.